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La gestión al frente del gobierno civil de Federico Gallo antes de marchar a Murcia en agosto de 1976 se caracterizó por una abnegada labor de prohibiciones y multas contra cualquier desafío al orden institucional y político que brotase de la débil sociedad civil albacetense. Una de sus víctimas propiciatorias fue la oposición comunista organizada en torno a la Librería Popular, donde prohibió conferencias de Ramón Tamames, Nicolás Sartorius, Pablo Castellanos o Paco García Salve. Persiguió también las cenas organizadas en restaurantes de la ciudad para entablar contactos con personajes de la primera línea política nacional.

Su sucesor, el gobernador Moisés Arrimadas, siguió una política similar, para dificultar que el proceso de reforma iniciado por Adolfo Suárez fuese desafiado o desbordado en la calle. Para ello cumplió a rajatabla las instrucciones enviadas desde Madrid que expresaban la firme voluntad del gobierno de impedir o restringir severamente el uso de los espacios públicos para la protesta y el uso pacífico de la oposición comunista.

Con la plaza y el comunismo como principales adversarios, miembros del PCE de Albacete desafiaron a Arrimadas al poco de su llegada aprovechando la fiesta más popular e importante de la ciudad, la feria de 1976. Para ello organizaron un concierto multitudinario con la presencia de conocidos artistas de izquierdas (Víctor Manuel, Rosa León, Manuel Gerena, Cantalapiedra, Ovidi Montflor, Manuel Luna o Pedro Piqueras) que fue prohibido horas antes de su celebración ocasionando importantes protestas y disturbios con la policía. Pocos días después se prohibió la presencia de Marcelino Camacho en Albacete para presentar la coordinadora provincial de CCOO, lo que acabaría en una manifestación improvisada que también fue atajada por antidisturbios.

No fue la última paliza autorizada por Arrimadas contra los comunistas. La violencia volvió a aparecer el 12 de noviembre, durante la Jornada de Lucha analizada en otra ficha. Y poco después, con motivo de la detención navideña de Carrillo, el gobernador volvió a escarmentar sin contemplaciones al centenar de ciudadanos que se concentró en Albacete para protestar por la reclusión del secretario general y declararse públicamente comunistas como señal de protesta.

Otros ejemplos de situaciones claras de violencia nos remiten sobre todo al momento de la legalización del PCE en la primavera de 1977. En Hellín, la legalización del PCE fue saludada con un intento de quemar la casa familiar del representante comunista de la localidad. A mediados de julio de 1977 el fuego se apoderó de la primera sede del PSOE de Albacete. En agosto la sede del PCE en Tobarra fue asaltada. Y un poco más tarde, ya en mayo de 1978, le tocó el turno al recinto local del PCE en La Roda. Con anterioridad, en noviembre de 1976 la ultraderecha local había colocado una bomba en la Librería Popular, referente de la izquierda y el PCE en la ciudad, para después, y periódicamente, someter a sus paredes a un carrusel de pintadas amenazantes.

 

Bibliografía

GONZÁLEZ MADRID, D. A., “La definición del cambio. Contienda política, represión y control institucional en la provincia de Albacete (1977-1979)” en ORTIZ HERAS, M., La Transición se hizo en los pueblos. El caso de la provincia de Albacete. Albacete: Editorial Biblioteca Nueva, 2016.

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Palabras clave

violencia, reforma, Federico Gallo, prohibiciones, multas, Librería Popular, Ramón Tamames, Nicolás Sartorius, Pablo Castellanos, Paco García Salve, Moisés Arrimadas, Adolfo Suárez, PCE, CCOO, Comisiones Obreras, Víctor Manuel, Rosa León, Manuel Gerena, Cantalapiedra, Ovidi Montflor, Manuel Luna, Pedro Piqueras, Marcelino Camacho, PSOE, Hellín, Tobarra, La Roda

 

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Datos de localización

Calle Mayor, 58, 02002 Albacete, España

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