Las primeras mujeres albaceteñas en las instituciones

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En las elecciones a Cortes Constituyentes de la Segunda República, en 1931, fueron elegidas las tres primeras diputadas de la historia de España: Victoria Kent, Margarita Nelken y Clara Campoamor. Paradójicamente entonces las mujeres aún no podían votar, pero si ser elegidas. En las elecciones generales celebradas el 28 de abril de 2019, 164 mujeres resultaron elegidas para ocupar un lugar en el Congreso de los Diputados (el 46,8% del total). La diferencia entre ambas cifras ilustra el notable cambio que ha experimentado la sociedad española, especialmente durante las últimas décadas de desarrollo democrático. Muy importantes y evidentes siguen siendo, sin embargo, las desigualdades que afectan a la mujer también en el ejercicio de la actividad política, por eso este proyecto quiere poner en valor la figura de aquellas que fueron pioneras y ocuparon cargos de responsabilidad pública en los primeros compases de la democracia.

La presencia de mujeres parlamentarias durante la transición en Castilla–La Mancha fue minoritaria, únicamente seis mujeres accedieron al parlamento nacional representado a las cinco provincias castellano-manchegas: Cecilia Raposo Llobet (UCD, Ciudad Real), Amalia Miranzo Martínez (PSOE, Cuenca), María Soledad Arahuetes Portero (UCD, Cuenca), Ana María Abascal Calabria (PSOE, Toledo), María Jesús Torres Fernández (UCD, Toledo), y Juana Arce, representando a Albacete por UCD.

Juana Arce Molina nació en Albacete el 23 de abril de 1935. Arce estudió la carrera de Filosofía y Letras entre 1954 y 1957 y posteriormente se trasladó a Londres para especializarse en filología inglesa. Desde 1960 a 1977 se dedicó a la enseñanza en el Instituto de Idiomas Mangold. En marzo de 1977 fue enviada desde Madrid a Albacete por UCD para trabajar por la constitución del partido en la ciudad albaceteña. Arce fue un ejemplo de los llamados “paracaidistas” (antes “cuneros”) por no desarrollar ni su vida ni su carrera profesional en la provincia a la que aspiraban a representar. En las elecciones generales del 15 de junio de 1977 figuró como cabeza de lista para el Senado por UCD y logró el escaño con 72.157 votos. En las siguientes elecciones generales de 1979 fue elegida como número dos por Albacete para el Congreso de los Diputados. Su trayectoria política terminó en 1982, cuando los problemas internos de UCD acabaron con una dramática derrota electoral y la pérdida del gobierno en favor del PSOE de Felipe González.

En cuanto a la presencia de diputadas provinciales, de los 120 diputados provinciales electos en las cinco provincias de Castilla-La Mancha elegidos en las elecciones del 3 de abril de 1979 tan solo tres fueron mujeres, dos de ellas representando a la provincia de Albacete: Natalia Estrada Romero, de UCD, por el partido judicial de Alcaraz, y Mª Carmen Nohales Martínez, alcaldesa de Casas de Ves del PSOE, por el partido judicial de Albacete. El 26 de junio de 1979, apenas dos meses después de la constitución de la corporación provincial, Juan José Pretel Cano sustituyó como diputado provincial en representación del partido judicial de Alcaraz a Natalia Estrada Romero. Y el 27 de enero de 1981, Emilio Gómez Villena sustituyó a Mª Carmen Nohales Martínez.

A nivel local, la presencia de mujeres en los primeros ayuntamientos democráticos constituidos en la provincia de Albacete en 1979 fue escasa. Eran una gran minoría las mujeres que engrosaban las listas de los partidos políticos lo que dio pie a que un número muy reducido de ellas pudiera acceder al puesto de concejal. En la primera corporación democrática municipal de Albacete en 1979 solo dos mujeres fueron elegidas como concejales, María Ángeles López Fuster, del PSOE, y Concha Barceló, de UCD.

María Ángeles López Fuster trabajó como enfermera en la antigua residencia de Albacete a partir de 1968. Nunca había tenido actividad política y tampoco había militado en un partido político hasta que, en 1979, con la celebración de las primeras elecciones municipales, se presentó en las listas del Partido Socialista Obrero Español en el puesto número siete. El resultado de estos comicios arrojó la cifra de 11 concejales electos para el PSOE, lo que llevó a María Ángeles López Fuster a tomar posesión como concejal en el equipo de gobierno de Salvador Jiménez, en el que trabajó sacando adelante la nueva concejalía de Acción Social ya que por entonces no había trabajadores sociales en el Ayuntamiento. También colaboró en la creación de la Oficina Municipal de Información al Consumidor, la OMIC, que fue la primera de España, y en el patronato de Escuelas Infantiles. Posteriormente, en 1983, volvió al ayuntamiento esta vez en la corporación del nuevo alcalde socialista José Jerez Colino, que obtuvo mayoría absoluta con 16 concejales. En 2002 volvió a ejercer un cargo público como delegada provincial de Sanidad.

La otra mujer que tomó posesión del cargo de concejal en la misma corporación democrática que María Ángeles López Fuster fue Concha Barceló. La nueva concejala por UCD tenía estudios de Magisterio y era secretaria de la Asociación de Amas de Casa. En una entrevista a La Verdad, Concha Barceló reconoce que su vinculación con la política era nula y que accedió a las listas de UCD a través de su marido: “¿Cómo se introdujo en la vida política? -De una forma muy sencilla. Mi marido llegó un día y me dijo «te he apuntado a UCD» y yo le dije «¿para qué?». La concejala destaca que no estaba politizada en absoluto pero que en los cargos municipales la política debía imperar menos que los intereses de los ciudadanos. Repitió como edil en la siguiente corporación, presidida por el socialista José Jerez, aunque en aquella ocasión se presentó bajo las siglas de la coalición AP-PDP-Ul. En esta segunda andadura Barceló llevó las concejalías de Iluminación y de Turismo, también promovió la exposición “Albacete Tierra de Encrucijada en Madrid”. Otro de los cargos que ocupó fue el de presidenta provincial de Democracia Cristiana.

Pero el ayuntamiento de Albacete no fue el único al que accedieron algunas mujeres tras las elecciones municipales de 1979. En la localidad de Hellín, Cándida López, una mujer que nunca había estado vinculada a la política, decidió involucrarse en la nueva etapa democrática que se abría en la localidad y se presentó como número nueve en las listas de Unión de Centro Democrático. En estos comicios UCD se posicionó como la primera fuerza política del municipio obteniendo el 40,82% de los votos y 9 concejales. Estos resultados hicieron posible que por primera vez en la historia de Hellín una mujer accediera al ayuntamiento. En una entrevista publicada por La Verdad en la que coloquialmente llaman “Candi” a la concejala, ésta destaca que con su participación en la política activa pretendía “poder hacer algo con la sanidad”, sector en el que trabajó durante 12 años antes de su incorporación al ayuntamiento. Cándida López también reconocía en aquella entrevista: “No me asusta la política, aunque no me considero una mujer política, pero actuaré en defensa de los problemas de Hellín”.

La primera alcaldesa de la ciudad de Albacete fue Carmen Belmonte Useros, más conocida como Carmina Belmonte. Nacida en Albacete en 1950, con 41 años se convirtió en la primera alcaldesa de una capital de provincia española elegida por sus vecinos por mayoría y sin recurrir a ningún tipo de pacto. Hubo otras, es cierto, pero ninguna con la particularidad que acabamos de referir. En 1989 Valencia tuvo una mujer alcaldesa como resultado de la renuncia del alcalde. Y en 1991 Rita Barberá se convirtió en alcaldesa de Valencia, pero como resultado de un pacto con Unión Valenciana. Blanca Calvo, también en 1991, alcanzó la alcaldía de Guadalajara, pero lo hizo aupado por los concejales del PSOE, ya que su formación política, Izquierda Unida, solo obtuvo 3 ediles. A partir de 1995 llegarían otras alcaldesas al panorama nacional, y muy conocidas, como Celia Villalobos, Soledad Becerril, Luisa Fernanda Rudi, Teófila Martínez o Dolores Ruíz-Ayúcar Zurdo, todas por el Partido Popular.

Carmina Belmonte estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Valencia y se doctoró en Pedagogía. Trabajó en Hellín y en Albacete, y en 1988 obtuvo una plaza de profesora en la Escuela Universitaria de Magisterio. Se presentó a las elecciones municipales del 26 de mayo de 1991 en la ciudad de Albacete como independiente en la candidatura del PSOE; previamente solo había militado en el PSP de José Bono y Juan de Dios Izquierdo durante la transición. En estos comicios compitió con el candidato del Partido Popular, José Ramón Remiro Brotons, al que derrotó electoralmente con mayoría absoluta obteniendo 14 concejales (PSOE) frente a los 10 del PP. El 15 de junio Carmina Belmonte fue proclamaba alcaldesa tomando el bastón de mando ante un salón de plenos abarrotado por el público. Ella misma confirma que lo que la decidió a presentarse al cargo de alcalde “fue pensar que había una oportunidad que una mujer estuviera en un cargo como este y que si decía que no, estaba casi segura que se lo decían a un hombre, con lo cual me parecía que tenía la obligación moral”.

Entre sus legados más destacados se encuentra la creación de la Concejalía de la Mujer, algo desconocido para la mayoría de las ciudades hasta el momento y que tenía como objetivo ofrecer un punto de apoyo y un altavoz a las mujeres de la ciudad para empezar a transitar el camino de la igualdad. Su compromiso con la igualdad y los derechos de la mujer le valieron que el 8 de marzo de 2007 fuese reconocida por el Gobierno de Castilla-La Mancha en el Día de la Mujer.

 

Bibliografía

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CASTELLANOS LÓPEZ, J. A. Quién fue quién en la Transición en Castilla-La Mancha (1977-1982). Cuenta, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2014, pp. 117-119.

Entrevista realizada a Juana Arce Molina por el SEFT el 4 de febrero de 2015.

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MERCEDES SÁNCHEZ, «El PP quizá apuesta por la mujer en sus listas porque sabe que no saldrán», La Verdad, 18-03-07. Recuperado de la web en mayo de 2019.

 

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