La semilla de la Komintern: la descendencia de los brigadistas en Albacete

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Las cifras de brigadistas que llegaron a España durante la guerra varían según las fuentes, pero estudios recientes señalan que no superaron los 36.000 efectivos. Albacete entera fue testigo de su paso, en solidaridad con la lucha que libraba España contra el fascismo internacional, lo que le valió ser adjetivada como la “Babel de La Mancha”. El paso de las Brigadas Internacionales por la que fue su sede dejó una huella que sigue presente todavía en la provincia, no solo en los vestigios o memoriales que se han erigido, sino también entre sus descendientes. Como se afirma en un artículo publicado en el diario El Español, no hay una cifra oficial de los hijos de brigadistas en Albacete, pero atendiendo a los registros y testimonios, se calcula que habrían nacido un centenar de hijos de brigadistas entre la capital y un puñado de pueblos de la provincia. Su rastro puede aún percibirse en una serie de apellidos locales como lo son Tsakos, Vandenbossche, Flanagan, Haus o Gromada.

Paco Gromada, de 78 años, es hijo del brigadista Jozef Gromada, nacido en Ruda (Polonia), formaba parte de los 5.000 polacos que llegaron a España en las Brigadas Internacionales. Según los investigadores, Jozef habría permanecido la mayoría del tiempo en el Servicio de Transportes de las Brigadas Internacionales. Se casó con Isabel Almazán, aunque antes de pasar por el altar tuvieron dos hijos, puesto que tuvieron problemas para casarse por la Iglesia, como relata su hijo, “los internacionales no estaban muy bien vistos en la Iglesia y no les dejaban y eso que mis padres eran muy católicos”. A diferencia de la mayoría de los brigadistas, Jozef Gromada se quedó en Albacete tras su retirada, por ello con el final de la guerra sufrió la represión franquista. Fue encarcelado el 25 de abril de 1939 en la Prisión Habilitada de San Vicente en Albacete y condenado a doce años de prisión por un delito de “auxilio a la rebelión”. El 18 de septiembre de 1942 salió de prisión en libertad atenuada. Su hijo recuerda cariñosamente cómo su padre “murió a los 89 años, con su acento y diciendo palabras que no se entendían”.

Anastasia Tsakos, la hija del brigadista griego George Tsakos, recuerda que su padre había recibido un balazo y terminaría con un brazo, el derecho, inutilizado. También cuenta como los padres de su madre, Llanos Moratalla, de una familia acomodada, dijeron que no podía casarse con el brigadista, pero la joven, ya mayor de edad, dijo sí. Finalmente se casaron el 12 de noviembre de 1937. Pero el desenlace de la guerra les hizo huir de España, primero a Francia, donde terminaron en varios campos de refugiados. En 1939, en el campo de concentración de Bayeux, nació su hija Anastasia. La familia decidió entonces salir de Europa e ir a EE.UU. Pero Llanos no tenía papeles y tuvo que volver a Albacete para recogerlos y así, de paso, presentar a la niña a su familia. Esa fue la separación definitiva. “Al poco de llegar a España, Franco decidió cerrar las fronteras, con lo cual mi madre ya no pudo salir”, relata Anastasia. Anastasia perdió a su padre, pero también a su madre cuando ella tenía cinco años. En una entrevista recogida por el Archivo de la Palabra de Albacete relata una anécdota sobre la primera vez que fue a un colegio de monjas y el estigma de ser hija de brigadista: “Llegamos a la puerta del colegio, entré con mi tía de la mano y es que se me hace un nudo en la garganta… Salió la hermana portera y dijo: ‘lo sentimos muchísimo, la niña no puede venir aquí porque nos hemos enterado de que su padre es rojo”.

Josefina Vandenbossche nació en Mahora en 1938 y es hija del capitán brigadista Vandenbossche, nacido en Lille, dejó España con la retirada de los brigadistas. Josefina relata como su madre, que no pudo abandonar España junto con su padre por razones de salud, siempre decía que nadie la había querido como su francés: “Como mi francés no he tenido a ninguno”. Josefina se enteraría después de que su padre perdió la vida en la Segunda Guerra Mundial. El pueblo de Mahora, explica Josefina, guardaba buenos recuerdos de los brigadistas. “Hubo otros que también se casaron con otras mujeres de Mahora”, aunque la mayoría no se quedaron. “Quedamos cinco hijos de brigadistas, todos los demás se fueron”. Además de estos cinco en Mahora, y al menos unos diez en Albacete, también tenemos constancia de que hay más descendientes de los apodados “voluntarios de la libertad” en pueblos en los que se instalaron los brigadistas como Tarazona, Casas Ibáñez o Madrigueras.

 

Bibliografía

MORENO, Raul, “Los 100 hijos que los brigadistas de la II República dejaron en Albacete como los Tsakos“, El Español, 12/04/2021.

Portal de Víctimas de la dictadura en Castilla-La Mancha. Información sobre Jozef Gromada.

Palabras clave

Brigadas Internacionales, Guerra Civil, Albacete, Mahora, Tarazona, Casas Ibáñez, Madrigueras, Jozef Gromada, George Tsakos, Vandenbossche