El 15 de junio de 1977 España celebró sus primeras elecciones libres y democráticas desde 1936 (si obviamos lo sucedido con los partidos republicanos) en medio de un panorama que, en lo concerniente a la comunicación política, difería notablemente del actual. Existía un solo canal de televisión, TVE, cuya línea editorial era nítidamente gubernamental. La radio, el medio de comunicación quizá más popular, no solo presentaba una oferta limitada, sino que además tenía una particularidad: hasta después de 1977 las emisoras privadas o comerciales no pudieron confeccionar sus propios informativos. En algún caso, como el de Radio Popular de Albacete, el Gobierno Civil desaconsejó la emisión de programación de carácter político. Por tanto, los partidos políticos que, recordémoslo, estaban recién legalizados y, por lo general, carecían de recursos económicos, de militancia y de estructura organizativa en provincias como Albacete, apenas podían dar a conocer a sus candidatos, sus idearios programáticos o su propia existencia a través de la prensa local, donde el diario La Verdad de Albacete realizó una importantísima labor, o recurriendo a métodos tradicionales como el cartel y el folleto. De toda aquella publicidad, efímera por definición, desgraciadamente apenas se han conservado ejemplos. La colección privada de propaganda electoral de Javier Olmo López es la que ha permitido la redacción de esta ficha, que ilustra algunos ejemplos referidos al proceso transicional.
Una de las características de aquella propaganda, hoy convertida en documento histórico y singular, fue su carácter rudimentario y artesanal en todos los sentidos, desde el diseño y la imagen, hasta la comunicación política, reflejo, en cierto modo, de una sociedad con cuentas pendientes con la modernidad, pero sobre todo políticamente atrofiada tras décadas de dictadura y que se asomaba a sus primeros procesos electorales sin referencias ni manual de instrucciones.
Entre las imágenes seleccionadas aparece en un lugar destacado el cartel de la primera manifestación legal celebrada en Albacete el 5 de noviembre de 1977 “contra la carestía de la vida, el despido libre, el paro obrero y los topes salariales”, justo tras los Pactos de la Moncloa.
La segunda imagen ilustra otro momento extraordinario, en este caso de la campaña electoral del verano de 1977, que no es otro que el multitudinario mitin de Felipe González en la plaza de Toros de Albacete ante unas 12.00 personas y acompañando a su terna de candidatos al congreso (imagen 3), que por entonces dudaba seriamente de poder disputar a UCD el espacio electoral provincial. El resultado final arrojaría un empate en diputados, no así en votos donde ganó UCD, pero esas dudas provocaron que el PSOE solo presentase un candidato al Senado, algo extraño e inaudito.
La falta de hábitos y de cultura democrática obligaron a las formaciones políticas a una intensa campaña de pedagogía electoral de la que dan cuenta las imágenes 4 y 5. Con documentos como los reproducidos, los partidos divulgaron informaciones básicas sobre cómo votarles, a la vez que intentaban ayudar al elector a identificar su opción política preferida a través los símbolos y nuevos logotipos institucionales.
Era la consecuencia, al menos en parte, de la fecunda concurrencia electoral que caracterizó la convocatoria de 1977, y de los temores que algunos partidos albergaron en relación a la identificación correcta por sus votantes a la hora de depositar la papeleta. Ese era un problema especialmente reseñable en la izquierda socialista, que acudió a las elecciones dividida en varias opciones: Partido Socialista Obrero Español, Partido Socialista Popular y PSOE (Histórico). En el caso de Albacete el desconcierto pudo ser mayor si tenemos en cuenta que el PSP se presentó inserto en la coalición Centro Izquierda de Albacete. Las imágenes seis y siete nos muestran al candidato del PSP, y futuro presidente de la región, José Bono, así como un cartel anunciador de la coalición electoral de la que formó parte sin excesivo éxito.
Por su parte, las imágenes 8 y 9 ilustran los esfuerzos del PSP y del PSOE (Histórico) para diferenciarse del puño y la rosa del PSOE, exitoso diseño de Ruiz Novillo para la campaña de 1977.
Para el caso de UCD, partido que emerge de la confluencia de diferentes sectores reformistas del franquismo en torno a la figura del presidente Adolfo Suárez, destacamos la utilización de su figura carismática como principal atractivo de la propaganda en la provincia. En el documento número diez es la imagen del presidente la que anima a votar la candidatura al senado por la provincia de Albacete, mientras que en el número 11 es el respaldo personal de Suárez el que legitima la candidatura provincial de UCD. Por esa vía se buscaba rentabilizar la popularidad televisiva del presidente y neutralizar los posibles, y potencialmente nocivos, efectos electorales de una candidatura integrada por desconocidos.
Las imágenes 12 y 13 han sido seleccionadas por resultar representativas del programa electoral del PSOE de 1977. El mismo partido que cinco años después llegaría al gobierno de la nación tras lograr una aplastante mayoría electoral, y destacaría por su pragmatismo socio-liberal, acudió a aquella primera convocatoria electoral de la democracia con un programa repleto de reminiscencias marxistas. En juego estaba la hegemonía electoral de la izquierda frente al PCE. Esa victoria no se le resistiría y, con ese programa, el PSOE se convirtió en nítida alternativa de gobierno.
Dando un salto hasta las elecciones municipales de 1979 destacamos un par de documentos interesantes. El primero de ellos (número 14) nos remite a la propaganda electoral del PCE que, como la del PSOE, que recurrió a dibujantes como José Ramón o Peridis, hizo uso del color evocando unos pueblos y unas ciudades ideales gobernadas por la izquierda.
Finalmente destacamos la carta de Maria Josefa Andújar, candidata a concejal en el ayuntamiento de Hellín por Coalición Democrática-AP, a sus “paisanas” (imagen número quince). No fueron muchas las mujeres directamente involucradas como candidatas en los procesos electorales celebrados entre 1977 y 1979. Como parlamentarias en Cortes sobresalen las figuras pioneras de Juana Arce en Albacete (UCD) y de Amalia Miranzo en Cuenca (PSOE), pero hay que destacar también a ese puñado de mujeres anónimas que concurrieron a las municipales de 1979 en diferentes formaciones políticas. Andújar fue una de ellas, y su carta un reflejo paradigmático de la cultura dominante en la época respecto al rol de la mujer en la política y en la sociedad. Andújar solicitaba el apoyo de sus vecinas porque deseaba “dejar de entrar a los hombres (…) por la mirada”, y trabajar para que éstos comprendiesen que “somos y podemos ser, sus mejores colaboradoras en la labor municipal (…) aun cuando sigamos sirviendo para parir y criar”. Entre sus objetivos estaba que las mujeres llevasen al ayuntamiento de Hellín su propia voz, su propio criterio y sus propias iniciativas, y dejasen de frecuentarlo reducidas a “reinas de la Feria y damas de honor”. Más de cuatro décadas después, la situación es bien distinta… o quizá no tanto…
Archivo personal de propaganda y documentación electoral de Javier Olmo López (Hellín).
MOLINA GARCÍA, S., La construcción de la democracia: activismo político de la UCD y del PSOE durante la transición en la provincia de Albacete, 1979-1982, Albacete, IEA, 2017.
MOLINA GARCÍA, S. La Transición que no fue. Los Proyectos Revolucionarios y Franquistas en la provincia de Albacete, 1975-1982. Albacete, Instituto de Estudios Albacetenses, 2017, pp. 27-75.
MOLINA GARCÍA, S., “¡Que legitimen las urnas! Las elecciones municipales de 1979 en la provincia de Albacete” en Al-Basit: Revista de estudios albacetenses, 60 (2015), pp. 303-345.
ORTIZ HERAS, M. (coord.), La transición se hizo en los pueblos: el caso de la provincia de Albacete, Madrid, Biblioteca Nueva, 2016.
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