La plaza de toros de Albacete, improvisado campo de concentración

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En el año 2017 se celebró el primer centenario de uno de los símbolos más destacados de la ciudad albaceteña: la plaza de toros. Conocida como “La Chata”, fue construida e inaugurada en 1917. La población de Albacete tiende a relacionar siempre la plaza de toros con la Feria, festejos o festivales. Sin embargo, la historia de este edifico de estilo neomudéjar esconde tras de sí momentos más dramáticos relacionados con nuestro pasado reciente y poco conocidos entre los albaceteños. Ya durante la guerra civil, la plaza de toros fue utilizada como emplazamiento para los voluntarios de las Brigadas Internacionales. Se trató de un lugar de recepción, también sirvió para entrenamiento militar y algunas de sus partes fueron destinadas a comedores y cocina.

Posteriormente, durante los primeros meses de la dictadura franquista, las prisiones existentes en Albacete, como la Prisión Provincial, el Penal de Chinchilla o la cárcel de Hellín no fueron suficientes para la desbordante cantidad de presos. El hacinamiento de reclusos y la masificación eran las características principales de estas cárceles. Por esta razón, fue necesario para el régimen habilitar nuevos lugares como prisiones, espacios que no estaban destinados para tal fin como la plaza de toros de Albacete. Concretamente, este edifico tuvo la función de un campo de concentración improvisado, donde los presos eran llevados en un primer momento para ser reorganizados y decidir cuál sería su destino entre las diferentes prisiones repartidas por la provincia. Otro ejemplo de un lugar que fue utilizado con el mismo fin de ubicar y clasificar a los presos fue la plaza de toros de Hellín.

 

Bibliografía

GÓMEZ-FLORES, A., Los años sombríos. Albacete durante el franquismo. Albacete: Altaban, 2015.

 

Palabras clave

Albacete, plaza de toros, cárcel, prisión, campo de concentración, Brigadas Internacionales, Prisión Provincia, Penal de Chinchilla, cárcel de Hellín