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La ciudad de Albacete no era un enclave universitario donde proliferaran ideas para un cambio democrático. Fue en los institutos, y con influencias de otras provincias, donde aparecieron estas sensibilidades. Dentro del heterogéneo grupo de los jóvenes, los más curiosos comenzaron a expresar su malestar a través de las relaciones personales, donde tímidamente apareció la cuestión política. Mientras que estas experiencias nacieron como reacción espontánea, otras fueron inducidas por militantes del PCE que contactaban o se encontraban en los institutos. La estrategia del PCE fue crear redes de solidaridad para transmitir, dentro de una relación de afecto personal, ideas que se oponían a la dictadura. Además, durante los años setenta, y con influencia del Mayo del 68, aparecieron en los entornos estudiantiles y en los institutos jóvenes vinculados a organizaciones trotskistas, leninistas y maoístas. Algunos de estos estudiantes recalaron también en clubes parroquiales donde se intercambiaban libros, recibían propaganda y se iniciaban en el debate político.

Las acciones del movimiento estudiantil crítico con el régimen se vertebraron en protestas de diversa intensidad. Algunos profesores recibieron en 1970 propaganda en contra de la Ley General de Educación. En 1974 la Escuela Normal de Magisterio convocó paros que contaron con el apoyo de más de trescientos cincuenta estudiantes. En ese mismo año también hubo concentraciones frente a la Delegación Provincial de Educación como reacción a la detención de un profesor del Instituto Femenino que se mostró crítico con el “Proceso 1001”. Proliferaron las huelgas en 1975 contra la ley que regulaba el acceso al cuerpo de profesores de EGB, mientras que en 1976 se reivindicaron abiertamente la amnistía educativa y la apertura de las universidades clausuradas. Pese a que la mayoría de los comportamientos juveniles eran pacíficos, cabe destacar un acto violento: en 1973 un grupo de estudiantes del Instituto Masculino, en conexión con universitarios murcianos, incendiaron la puerta del domicilio de un profesor. Si todo esto sucedía en la Enseñanza Secundaria, la Primaria no era ajena a la lucha social y educativa, teniendo como vanguardia reivindicativa la Asociación de Antiguos Alumnos de Magisterio.

Otra vía de contagio de las acciones estudiantiles fue a través de los antiguos estudiantes universitarios. Muchos albacetenses que realizaron su formación universitaria fuera de la provincia encontraron y se familiarizaron con estructuras clandestinas anti-régimen en sus universidades de origen, participando así de esas “zonas de libertad”. Con su regreso a la ciudad o a la provincia, convertidos ya en profesionales especializados en medicina, abogacía, enseñanza, etc., algunos de ellos transmitirían a través de su actividad laboral la sensibilidad democrática para un cambio político-social.

 

Bibliografía

MARTÍN GARCÍA, O. A tientas con la democracia. Movilización, actitudes y cambio en la provincia de Albacete, 1966-1977. Madrid, Catarata, 2008, pp. 229-232.

GONZÁLEZ MADRID, D. A.; MARTÍN GARCÍA, O. J.; ORTIZ HERAS, M. “Envenenando a nuestra juventud”. Cambio de actitudes y militancia juvenil durante el segundo franquismo”, en Historia Actual On-Line, 20 (2009), 19-33.

 

Palabras clave

Movilización estudiantil, Partido Comunista Español, Instituto Femenino de Albacete, Instituto de Enseñanza Media Masculino, Delegación de Educación, Escuela Normal de Magisterio, Asociación de Antiguos Alumnos de Magisterio, enseñanza Secundaria, enseñanza Primaria

 

Fotografías

Datos de localización

Av. de España, 12, 02002 Albacete, España

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