Tras el 18 de julio de 1936, Almansa quedó ubicada a resguardo de los frentes, sin embargo, se trata de un espacio estratégico que conecta el interior peninsular con Valencia. Por esta razón, se decidió defender tan importante vía de comunicación mediante fortificaciones. Entra las infraestructuras bélicas que se conservan, destacan las trincheras y los búnkeres. Las trincheras pueden llegar a medir 80 metros de longitud, hay diversas tipologías y actualmente se encuentran en muy mal estado.
Los búnkeres situados en Almansa son construcciones sólidas, rectangulares, constituidas por dos cámaras en la mayoría de los casos, y realizadas en hormigón armado. En su interior contienen una bancada y sus dimensiones son de 8’30 m de longitud por 3’80 m de anchura. El búnker 1 destaca por su planta en ‘L’ y en la fachada se puede leer: “VIVA ESPAÑA PROLETARIA,18-7-36”.
Las trincheras y los búnkeres se encuentran en una zona próxima a las principales vías de comunicación, la carretera y el ferrocarril entre Alicante y Madrid. Estas fortificaciones tienen una gran importancia histórica porque nos ofrecen información destacada sobre la guerra civil. Por ello, tienen un carácter de patrimonio cultural y como tal, deben conservarse, ponerse en valor y difundir su significado. Sin embargo, la atención sobre el patrimonio de la guerra civil se ha mostrado tardía y reticente, lo que se ha traducido en un abandono del mismo.
Enrique R. Gil Hernández, “Entre búnkeres, trincheras y refugios antiaéreos: el patrimonio arqueológico de la guerra civil en Almansa” Jornadas de Estudios Locales, 7. Almansa siglo XX, Almansa, 2013..
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