La inviabilidad de la dictadura y la cada más evidente irreversibilidad de la reforma, obligó a esa parte de la clase política del régimen que deseaba continuar en activo a reubicarse en el nuevo escenario definido por la futura competencia electoral. Los menos nostálgicos y con mayor vocación reformista, intentaron ocupar el espacio del centro político desde los primeros meses de 1976, configurando diferentes opciones que luego convergerían en la Unión de Centro Democrático. En la provincia de Albacete aquella coalición se conformó, básicamente, alrededor de tres organizaciones.
La primera de ellas fue la liderada por Rodolfo Martín Villa en representación del llamado sector azul, por su vinculación con el falangismo, que contó en sus inicios con Adolfo Suárez quien, recordémoslo, había sido su secretario general. De ahí nació la idea de configurar la Federación Social Independiente (FSI). Como no tuvieron arraigo en Albacete, desde Madrid se designó como enlace provincial a José Luis Moreno, natural de La Roda, funcionario del sindicato vertical en Murcia y colaborador allí de la FSI. Otro gran integrante de la futura coalición centrista fue el Partido Popular, que apareció en junio de 1976. Sus primeros representantes nacionales fueron José María de Areilza y Pío Cabanillas. Con un programa transversal de centroderecha o democratacristiano buscó desde el inicio convertirse en un partido numeroso y con arraigo, y de hecho en Albacete contó con algunos simpatizantes desde muy pronto, como Ismael Piñero (médico), su hermano Luis y Pedro Romero. Casi en paralelo, pero enviada desde Madrid, desembarcaría Juana Arce. El tercer gran puntal de UCD fue el Partido Demócrata Popular que, aunque se comenzó a forjar antes que los demás, lo cierto es que no se desarrolló hasta mediados de 1976. Impulsado y liderado por Ignacio Camuñas y Rafael Arias Salgado, representó la corriente liberal de la futura coalición. Sin proyección alguna en la provincia de Albacete, el PDP reclutó a Francisco Ruiz Risueño, un joven abogado del Estado que acababa de llegar a Albacete, para organizar el partido. En Albacete la corriente socialdemócrata estuvo ausente inicialmente, aunque ese espacio luego lo ocuparía José Escobar. La característica esencial de la configuración de estos partidos fue el impulso madrileño y la selección exógena de sus primeros liderazgos.
Como tal la Unión de Centro Democrático apareció en Albacete en la primavera de 1977. La coalición en nuestra provincia comenzó a negociarse en marzo, se fraguó en abril, y el 15 de mayo de 1977 se presentó a toda la provincia. El conocido restaurante La Zorrilla, ubicado hoy como entonces en la carretera de Madrid, es todavía testigo mudo de las reuniones entre liberales, azules y democratacristianos para la configuración de la UCD provincial. El partido surgió con retraso en relación a sus competidores, pues apenas faltaba un mes para la cita electoral, pero eso no fue obstáculo para que ganase las elecciones. La gubernamentalidad del fenómeno, el discurso moderado y el liderazgo del presidente que ayudaba a democratizar el país ayudan a explicar esta circunstancia, especialmente en el mundo rural.
De cara a las elecciones generales de 1977, UCD en la provincia de Albacete carecía de una estructura sólida. Los militantes eran escasos, y todo el entramado se sostenía sobre los líderes fundacionales, quienes se repartieron, con más o menos consenso, las candidaturas a Congreso y Senado bajo la atenta mirada de Madrid. La lista por Albacete al Congreso fue encabezada por Francisco Ruiz Risueño, seguido por José Luis Moreno, Pedro Romero y Francisco Fernández Zamora, mientras que los candidatos al Senado fueron Juana Arce, Luis Piñero y Juan Vázquez Alberich. La mayoría de ellos ejercían profesiones liberales (abogados, médicos, ingenieros…etc.); Juana Arce, también con formación universitaria, había sido profesora; y Luis Piñero ejercía también de profesor de Formación Profesional.
El 15 de mayo de 1977 se presentaron al electorado albaceteño como una opción centrista con objetivos muy básicos: redactar una Constitución, desarrollar un régimen de libertades en España, cimentar la separación de poderes, afrontar una reforma fiscal y la descentralización política y administrativa. Desde su sede en la calle de la Feria, número 22, afrontaron la jornada electoral del 15 de junio de 1977 con un entusiasmo que se vio desbordado por la victoria de Adolfo Suarez. Aquel triunfo descapitalizó a la UCD albacetense, cuyos principales valedores recalaron en el Congreso y en el Senado. El partido, por tanto, tuvo que afrontar cierta renovación en sus liderazgos locales, empezando por la presidencia ocupada por Pedro Gutiérrez Pulido. La victoria electoral también provocó un debate en el seno del partido a nivel nacional: ¿Debía la UCD seguir siendo una coalición de asociaciones o, por el contrario, tendrían que unificarse en un partido único? La posición provincial estuvo mimetizada con la nacional, que apostó por la unificación. El 12 de agosto de 1977 se inscribió como partido político, disolviéndose las antiguas formaciones que propiciaron su creación, a excepción de la Federación Social Demócrata que optó por retirarse. Pese a la desaparición de las diversas organizaciones que constituyeron UCD, aún estaban presentes las corrientes ideológicas dentro del partido. La pugna por el poder para hacer hegemónica una determinada línea política provocó numerosos desencuentros en el seno de la formación, heridas que desencadenaron su posterior desaparición.
MOLINA GARCÍA, S. La construcción de la democracia. Activismo político de la UCD y del PSOE durante la transición en la provincia de Albacete, 1976-1982. Albacete, Altabán, 2017, pp. 187-228.
Unión de Centro Democrático, Adolfo Suarez, Restaurante La Zorrilla, José Luis Moreno, Pedro Romero, Francisco Fernández Zamora, Juana Arce, Luis Piñero, Juan Vázquez Alberich, José Escobar, Pedro Gutiérrez Pulido