El capitán de la Guardia Civil en Hellín, Serena Enamorado, se concentró en la casa cuartel el día 18 de julio de 1936. Se preparaba para subvertir el orden legal con el apoyo de los falangistas, encabezados por Antonio Falcón y Diego Espinosa López. En vista de la situación, miembros de la corporación municipal y de la Casa del Pueblo intentaron controlar a los sediciosos asaltando la casa-cuartel, fracasando en el intento. El ayuntamiento fue depuesto y el capitán Serena tomó el control de la situación, creando una comisión gestora con civiles afines al golpe. El día 20 se cerraron los centros izquierdistas y se detuvo a los dirigentes locales. Para defender su posición los sublevados volaron la vía férrea a la altura del puente de Minateda, evitando así una inmediata respuesta republicana. El 22 se produjo el ataque por parte de fuerzas militares y milicianas. El cuartel de la Guardia Civil fue bombardeado, y Serena ordenó un alto el fuego. Se presentó, en nombre de la República, el capitán de artillería Rufino Bañón para exigir la rendición, pero Serena se negó a concederla. Con Bañón estaba el comandante de artillería José Verdonces que, traicionando a su superior, se unió a los insurrectos, y juntos se retiraron para la defensa de Albacete.
ALÍA MIRANDA, F., “Julio de 1936. Conspiración y alzamiento contra la Segunda República“. Barcelona, Crítica, 2011, pp. 301-311.
SEPÚLVEDA LOSA, R. M., “La conspiración y la sublevación militar en julio de 1936 en Albacete”, en Alía Miranda, F. y Del Valle, A.R. La guerra civil en Castilla-La Mancha, 70 años después. Actas del Congreso Internacional, Cuenca, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2008, pp. 371-389.
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