CONTENIDO

La progresiva reconstrucción del tejido asociativo iniciada a mediados de la década de los sesenta favoreció la emergencia de un incipiente capital cívico, más plural y sobre todo más independiente del poder franquista, sobre el que poco tiempo después pudieron arraigar las instituciones democráticas.

En ocasiones, el nuevo marco asociativo facilitó a la oposición política a la dictadura actuar públicamente desde la legalidad. Ese fue el caso del Club de Amigos de la UNESCO, fundado en 1970 por militantes del PCE y católicos de Villamalea. Otro ejemplo parecido fue el de la Asociación de Antiguos Alumnos de Magisterio (1975) encabezado también por católicos e izquierdistas de Albacete para elaborar alternativas de enseñanza pública, gratuita y democrática, la realización de actos de protesta y la promoción de iniciativas lúdicas y culturales.

La protección de las sotanas progresistas de la diócesis de Albacete facilitó la aparición de espacios alternativos a los de la Organización Juvenil Española para que jóvenes desconectados entre sí y atrapados por una cultura cada vez más individualista y consumista, pudieran interactuar en las parroquias y descubrir su capacidad para organizarse y decidir en base a sus propias inquietudes, lo que erosionó la voluntad franquista de propiciar sentimientos de apatía, desinterés y desconfianza social. Entre otros, estos fueron los casos del Club Juvenil Montesinos en Ossa de Montiel, del Club Roda Joven, del Club Juvenil de Villarrobledo o del Stop Club de Almansa. En los casos de Tarazona de La Mancha y Alcalá del Júcar esos espacios de sociabilidad juvenil se concretaron en forma de tele-clubs parroquiales. En la capital se forjó el club juvenil Rumbo Joven (1975), que destacó por sus actividades deportivas, musicales y socioculturales, y en los vecindarios de San Pedro y el Mortero, los jóvenes de la zona, con apoyo sacerdotal, consiguieron instalar en una propiedad de Caritas “un club juvenil para el barrio”, en el que también hablaban sobre “los derechos de los aprendices, [o] de los problemas del barrio”. A principios de 1976 nació el Club de la Juventud de Hellín, también patrocinado por círculos católicos. Su principal propósito fue que los jóvenes gestionasen su propio ocio mediante la organización de recitales musicales, exposiciones, competiciones deportivas, representaciones teatrales, proyecciones cinematográficas, etcétera. También por entonces un grupo de estudiantes católicos y comunistas de Albacete pusieron en funcionamiento el Cine-Club Buñuel, donde se organizaron cine-fórums con ilustres invitados como Juan Antonio Bardem, y se proyectaron películas de contenido sociopolítico. Un año más tarde Almansa tuvo su propio cineclub independiente.

Estas asociaciones y clubes representaron auténticos espacios de libertad, zonas de encuentro y comunicación sin cortapisas que a algunos les condujo a la politización, y a otros a la reflexión sobre la falta de libertad o la situación general.

Bibliografía

MARTÍN GARCÍA, O. A tientas con la democracia. Movilización, actitudes y cambio en la provincia de Albacete, 1966-1977. Madrid, Catarata, 2008, pp. 234-251.

ORTIZ HERAS, M., GONZÁLEZ, D. (Coords.) De la cruzada al desenganche: la Iglesia española entre el franquismo y la transición. Madrid, Sílex, 2011, pp. 300-304.

ORTIZ HERAS, M., “Movimientos sociales y sociabilidad en Castilla-La Mancha durante el segundo franquismo”, en MATEOS, A. Y HERRERÍN, A. (Eds), La España del presente: de la dictadura a la democracia, Madrid, Asociación de Historiadores del Presente, 2006, pp. 309-352.

Palabras clave

Ley de Asociaciones, Asociacionismo, Club de Amigos de la UNESCO, Villamalea, Asociación de Antiguos Alumnos de Magisterio, Cineclub Buñuel, Cineclub Independiente de Almansa, Club Juvenil Montesinos, Ossa de Montiel, Club Juvenil de Villarrobledo, Villarrobledo, Club Roda Joven, Stop Club, Teleclub de Alcalá del Júcar, Tarazona de la Mancha, Club juvenil Rumbo Joven

Fotografías