Antonio Esteban Garví y su lucha por la libertad

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Antonio Esteban Garví nació en el número 74 de la calle Tejares de Albacete en 1922. Era hijo de un minero de La Unión (Murcia), y su madre, Mariana, una mujer alfabetizada y comprometida socialmente, fue determinante en su trayectoria política. Con catorce años se puso a trabajar de aprendiz en un taller de imprenta. Influenciado por su madre, desde muy joven desarrolló inquietudes políticas, y con apenas 13 años ingresó en la organización juvenil de pioneros, y en 1938, mientras el país se encontraba dividido por la guerra, se incorporó a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Solo el hecho de que apenas contaba con 16 años pudo alejarlo de tomar las armas y participar en el frente de batalla. Sin embargo, como se afirma en el prólogo de su libro “Su lucha tendría lugar en la posguerra” y así fue.

Cuando finalizó la guerra fue llamado a cumplir con el servicio militar franquista, concretamente en Aviación, esto hizo que se trasladara primero a Burjasot (Valencia), para posteriormente regresar a su ciudad natal y servir en el aeródromo de Los Llanos. Antonio Garví destaca que, pese a su contacto con los militares victoriosos, no dejó de lado sus arraigadas convicciones políticas, y en 1945 pasó a formar parte del Partido Comunista. Tan solo un año más tarde ya formaba parte del comité provincial del partido en Albacete como secretario de agitación y propaganda. En 1946 este grupo protagonizó acciones muy recordadas en la ciudad, como la siembra de octavillas durante la feria, o pintadas en el cementerio para recordar a los fusilados el 1 de noviembre. En 1947 y tras ser descubierta la organización comunista por las autoridades franquistas, Antonio Garví inició su andadura como guerrillero en la sierra y se incorporó a la Quinta Agrupación Guerrillera de la Mancha. Posteriormente también participó en la Tercera, que actuó en el sur de la provincia. Su apodo era “Mariano”. Sin embargo, en octubre de ese mismo año fue detenido en la casa de un enlace de la guerrilla en Valdepeñas, junto a su compañero Antonio Moreno.

A finales de marzo de 1950, el consejo de guerra que juzgó a Esteban Garví lo sentenció a muerte, y aunque luego la pena le fue conmutada por 30 años, Antonio decidió y logró escapar de la cárcel aprovechando su ingreso en el Hospital de San Juan de Dios en Madrid. Finalmente, en julio de 1950, consiguió llegar con un nombre falso a Barcelona en un primer momento y luego a Asturias, pero necesitó casi cinco años hasta que consiguió su objetivo: salir de España y exiliarse en Francia. En la ciudad de Tours logró rehacer su vida y reinició su actividad política en la clandestinidad hasta 1979, año que significó para Antonio Esteban Garví el final de su exilio. En 1979 asistió como delegado por la inmigración al IX Congreso del PCE realizado en Madrid, ya con su primer pasaporte legal. Ese fue el primer Congreso del PCE que se desarrolló en libertad después de cuarenta años de dictadura franquista. Sin embargo, su vida se encontraba ya en el país francés, donde llegó a ser miembro del comité departamental de la Confederación General del Trabajo (CGT) francesa y directivo del PCE como responsable de la región Centro hasta 1984. En 2006 escribió el libro Lucha por la libertad. Memorias de un luchador albacetense contra el franquismo para el Instituto de Estudios Albacetenses, donde plasmó sus vivencias y su lucha durante los años sombríos que supuso la implantación de la dictadura.

 

Bibliografía

ESTEBAN GARVÍ, A., Lucha por la libertad. Memorias de un luchador albacetense contra el franquismo, Albacete: Instituto de Estudios Albacetenses, 2006.

PRETEL, A. y FERNÁNDEZ DE SEVILLA, M. Maquis y resistencia en la Sierra de Alcaraz y el Campo de Montiel (1946-47), Albacete, Asociación Cultura de Alcaraz Siglo XXI, 2014.

 

Palabras clave

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