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La proclamación de la II República originó un fuerte desarrollo de la prensa escrita en Albacete, que llegó a tener seis publicaciones. El hecho de que la provincia quedase en territorio republicano supuso que sus periódicos fuesen incautados, convirtiéndose en órganos de expresión de republicanos, socialistas, comunistas o anarquistas. La guerra, como en otros muchos aspectos, provocó una importante ruptura también en materia informativa, y la prensa franquista de provincias se caracterizó por su completa subordinación a los intereses y necesidades del régimen en cada momento, del que fue vehículo para la propaganda y el adoctrinamiento. La dictadura redujo también el número de publicaciones periódicas que, en el caso de Albacete, se limitó a una durante muchos años.

El 1 de febrero de 1942 nació el diario Albacete. Se realizaba con la infraestructura del antiguo Diario de Albacete, por lo que, en cierta medida, existe cierto hilo de continuidad con aquel periódico católico y conservador dirigido hasta 1930 por uno de los prohombres del régimen en la ciudad, Ramón García Quijada (era propiedad de su tío, Juan García Mas). Quijada intentó resucitar la publicación, pero no obtuvo los permisos, cosa que sí acabó haciendo el sindicato vertical (la Central Nacional Sindicalista), entidad de la que comenzó dependiendo la publicación. En su primer número aclaraba a sus lectores lo que a partir de ahora iban a encontrar en el nuevo tabloide:

“Hoy nace un periódico. Antes, un periódico podía ser cualquier cosa: pedestal, trampolín, mentidero ¡tantas cosas!… Hoy es una empresa al servicio de la Unidad, la Grandeza y la Libertad de la Patria. Dice la Ley de Prensa al señalar como consignas fundamentales del periodismo, la veracidad y la responsabilidad “…que esta noble idea de la que ha de estar impregnada la actividad de toda prensa hará imposible el fácil mercado de la noticia y de la fama, que ayer pudo desviar la opinión pública con campañas promovidas por motivos inconfesables”. Así lo entienden y lo sienten cuantos, de alguna manera con su esfuerzo, con su ingenio, con su dinero o con su trabajo, contribuyen a la vida de Albacete (…)
Y dicho esto, formamos con humildad y alegría a las órdenes de Francisco Franco, seguros de que el mejor servicio a España y Albacete, lo prestaremos cumpliendo fielmente sus consignas.”

Además, se permitía prometer a sus lectores “veracidad y exactitud”. Su primer director fue Ventura Asensio, el redactor jefe Victorio Montes y los redactores Emilio Alcalá, Fernando Gasco, Jesús González Mora, Manuel del Hoyo, Ernesto Martínez Tébar y José Ruiz Valiente, el redactor gráfico fue Jaime Belda y Alberto Iniesta trabajó como taquígrafo. En esta primera declaración de intenciones, Albacete también se comprometía a no ser sólo el periódico de la ciudad, sino ser el de toda la provincia.

Según el profesor Sánchez, antes de que Albacete se convirtiese en el periódico de la provincia, en fechas algo tardías eso sí, salieron a la calle, aunque con extraordinaria fugacidad, algunos periódicos locales como Cara al Sol en La Roda, Trabajo en Almansa y ¡Arriba España! en Albacete, que apenas si duraron unos cuantos números.

Bibliografía

SÁNCHEZ SÁNCHEZ, I, “Breve historia de la prensa en Castilla – La Mancha (siglo XX)” en Alfonso González Calero (dir.), Cultura en Castilla – La Mancha en el siglo XX, Ciudad Real, Almud, 2007, p. 208

SÁNCHEZ SÁNCHEZ, I., La prensa en Castilla – La Mancha. Características y estructura, 1811-1939, Cuenca, UCLM, 1991.

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Palabras clave

prensa, diario Albacete, Ventura Asensio, Ramón Quijada, Diario de Albacete, Jaime Belda, Alberto Iniesta

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