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El Partido Socialista Obrero Español se implantó en la ciudad de Albacete y en Almansa durante los primeros años del siglo XX, una década después ya se había extendido por diferentes puntos de la provincia. Con la llegada de la Segunda República, el PSOE tuvo un extraordinario crecimiento en Albacete, que se convirtió en la tercera provincia de España con mayor implantación socialista, contando con cincuenta y cinco comités locales, que llegaron a setenta en la primavera de 1936, y con unos tres mil militantes. El PSOE albacetense había conseguido una articulación fuerte y se había convertido en un partido de masas. Sin embargo, la guerra civil y la cruenta implantación de la dictadura provocó en Albacete, al igual que en todo el país, que el socialismo prácticamente desapareciera como consecuencia de los fusilamientos, la cárcel, el exilio y la clandestinidad. A pesar de todo ello, en el Albacete de los años cuarenta surgió una pequeña célula socialista en la que destacaban las figuras de José Esparcia y los hermanos Sánchez Gabaldón. Sus acciones se reducían a la distribución de propaganda y a la ayuda de los compañeros encarcelados. En 1947 formalizaron esa pequeña estructura organizativa y nombraron presidente a Esteban Martínez y secretario a Amadeo Sánchez. Pero la fuerza represiva del franquismo redujo su presencia y actividad a algo puramente simbólico y testimonial, a la inexistencia de hecho, y el partido no volvería a asomarse a la escena pública hasta décadas más tarde.

No sería hasta mediados de la década de los setenta, en un momento en el que el franquismo entraba en crisis terminal y la conflictividad social aumentaba progresivamente, cuando el PSOE comenzó a preparar el camino para reconstruir su organización política en la provincia de Albacete. La reconfiguración del Partido Socialista se materializó por la confluencia de múltiples factores, entre los cuales destacan cuatro: 1) la llegada a Albacete de Francisco Delgado enviado por el partido desde Barcelona, quien aportó su experiencia organizativa y del trabajo en la clandestinidad tanto en el partido como en el sindicato socialista; 2) el empuje del sector de los trabajadores de banca, ya politizado y movilizado en la órbita cristiana de la HOAC (no comunista) y ahora influenciado por Delgado, que también pertenecía al sector; de hecho el núcleo original del nuevo socialismo local lo hallamos en el entorno de los trabajadores de banca; 3) el tercer factor destacado es el apoyo logístico de la Librería Popular, punto de confluencia del antifranquismo albaceteño y que facilitó actos semiclandestinos y encuentros importantes como la visita del líder socialista Pablo Castellano el 21 de mayo del 76; 4) el último elemento fue la colaboración de los veteranos socialistas provenientes de la Segunda República, entre los cuales se encontraba el citado José Esparcia, Serapio Valiente, Francisco Márquez, Ginés Picazo o Estanislao Valero; no obstante, todo el peso y la responsabilidad organizativa del nuevo PSOE recayó sobre las nuevas generaciones.

La confluencia de todos estos factores, en un clima político propicio, hizo posible un pequeño núcleo de personas que tuvieron como objetivo formar una primera estructura socialista en la provincia. Para ello se reunieron el 21 de mayo de 1976 con miembros de la cúpula nacional socialista como Pablo Castellanos (PSOE), Javier Ledesma (UGT) y Roberto Alonso (Juventudes Socialistas). Finalmente, el 7 de junio de 1976, se formalizó en un bar de Sotuélamos, pedanía de El Bonillo, la constitución oficial del PSOE; la elección del lugar tiene que ver con la discreción y la voluntad de evitar la presencia policial. A la reunión asistieron dos miembros del comité nacional, Isaac Herero Sanz y Manuel Marín González, que garantizaban el respaldo, pero también la tutela de Madrid a la nueva sucursal. También asistieron los componentes, y por tanto primeros líderes de la organización socialista en la provincia: Francisco Delgado, Antonio Peinado, Javier Guerrero, Félix Armero, Fulgencio Lozano, Carlos Sempere y José María Marín. Antonio Peinado recuerda en una entrevista como “a mitad de la reunión Carlos Sempere se puso a hablar de fútbol”, porque acababa de entrar una pareja de guardias al bar donde estaban reunidos, de este modo mostraba el clima de tensión que todavía en aquellos momentos vivían quienes se aventuraban en asuntos políticos. El resultado de la reunión no fue únicamente la reorganización del PSOE, en el mismo también se oficializó la vuelta de UGT. Peinado se encargaría esencialmente de dirigir el partido, mientras que Delgado lo haría fundamentalmente del sindicato. Inicialmente PSOE y UGT se confundían, eran casi la misma organización, y la afiliación al PSOE requería apuntarse también a UGT. El principal reto de la reunión de Sotuélamos fue la consolidación y la extensión de la organización política y sindical hasta los últimos rincones de la provincia.

Cuando el Partido Socialista comenzó a salir a la luz pública fue apoyado por diferentes colectivos que ayudarían a su consolidación, como el grupo juvenil Sagato, algunos movimientos cristianos de base, como la comunidad de El Olivo, o algunos miembros pertenecientes al Movimiento Rural de Adultos. El mundo católico-obrero facilitaría el surgimiento de agrupaciones socialistas en pueblos de la sierra como Nerpio o Yeste. No obstante, el gran despegue del partido en la provincia, en términos organizativos y de afiliación, no llegaría hasta que se produjo el éxito electoral de las elecciones generales de 1977, que demostraron la fortaleza de sus siglas a pesar de lo prolongado de su ausencia.

A pesar de su tardía refundación en la provincia, los socialistas tuvieron también que lidiar con las dificultades que trató de imponer una dictadura en proceso de desmantelamiento, tanto a nivel general, pero sobre todo en provincias como en Albacete. Aunque los niveles de hostigamiento del PSOE en la provincia distan mucho de asimilarse a los padecidos por el PCE, los socialistas también experimentaron algunas prohibiciones gubernativas, actos vandálicos contra coches de sus dirigentes y militantes, amenazas, pintadas, etc. Incluso se llegó a incendiar la primera sede que tuvo el PSOE en Albacete localizada en la esquina de la calle Cid con la plaza de Carretas, incendio que no fue aclarado ni por el que hubo detenidos.

 

Bibliografía

ESPARCIA CARRILERO, J. Memorias de guerra y posguerra. Albacete, Altabán, 2007.

GONZÁLEZ MADRID, D. A. y MOLINA GARCÍA, S., “La organización de los partidos políticos en provincias. PCE, PSOE y UCD en Albacete durante la transición democrática” en Cristian Cerón Torreblanca (coord.), Los límites del Estado: la cara oculta del poder local, Málaga: Universidad de Málaga, 2018, pp. 193-222.

MARTÍNEZ BLANCO, M., “PSOE, año cero”, La Tribuna de Albacete, 5 de junio de 2016, pp. 12-13.

MOLINA GARCÍA, S. La construcción de la democracia. Activismo político de la UCD y del PSOE durante la transición en la provincia de Albacete, 1976-1982, Albacete: Altaban, 2017, pp. 67-87.

SEPÚLVEDA LOSA, R. M., Republicanos tibios, socialistas beligerantes. La república social inviable. Albacete 1933-1936, Albacete: Instituto de Estudios Albacetenses, 2003, pp. 71-86.

 

Palabras clave

PSOE, UGT, Albacete, Almansa, Sotuélamos, El Bonillo, Segunda República, José Esparcia, Sánchez Gabaldón, Esteban Martínez, Amadeo Sánchez, Juventudes Socialistas, Pablo Castellanos, Javier Ledesma, Roberto Alonso, Isaac Herero Sanz, Manuel Marín González, Francisco Delgado, Antonio Peinado, Javier Guerrero, Félix Armero, Fulgencio Lozano, Carlos Sempere, José María Marín, Sagato, El Olivo, Movimiento Rural de Adultos

 

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Datos de localización

Sotuélamos, Albacete, España

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