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El 7 de agosto de 1900 nació en Albacete Alberto Mateos Arcángel. Era hijo de Rafael Mateos y Sotos, bibliotecario nacional en Albacete, corresponsal de la Real Academia de San Fernando de la Lengua y la Historia y cronista de la villa, y de Dolores Arcángel García, cuya familia regentaba una céntrica farmacia. A Rafael Mateos la ciudad de Albacete le recuerda hoy con la calle “Cronista Mateos y Sotos”. Alberto se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, dedicándose posteriormente a la docencia en el Instituto Bachiller Sabuco. También trabajó en el Archivo municipal entre 1920 y 1939, siendo el responsable de las instalaciones. Puso en marcha la Hemeroteca provincial y, en calidad de socio del Ateneo albacetense, consiguió que Miguel de Unamuno visitara la ciudad. Estos trabajos los compaginaba con la ilustración de caricaturas de personajes públicos, de la tauromaquia y del teatro, colaborando con revistas como Vida Manchega, El 13 o El Diario de Albacete. También fue un gran fotógrafo, inmortalizando municipios y parajes de la provincia en Del Albacete Antiguo.

De ideas progresistas, fue secretario personal de su amigo y gobernador civil Arturo Cortés durante la Segunda República. En el trascurso de la guerra civil actuó como propagandista gráfico para animar la moral republicana y satirizar a los sublevados, quienes, tras ganar la guerra, lo persiguieron y despojaron de su trabajo como archivero.
Muchos republicanos optaron por el exilio, otros, por esconderse. Algunos de estos últimos se conocen popularmente como “topos”, por saber ocultarse durante años para eludir la violencia que la dictadura desencadenaría contra ellos. Fue el caso de Mateos Arcángel que vivió clandestinamente en una pensión de la calle Gaona relacionada con la familia de su esposa hasta 1948. En una habitación de la pensión, y haciéndose pasar por el maestro “don Tomás”, pudo tener como “alumnas” a sus propias hijas, que aprendieron sus primeras letras ignorando que aquel mentor era realmente su padre, al que figuraban desaparecido.

En 1948 pudo por fin salir a la calle, bajo vigilancia, como consecuencia de la relajación de la persecución contra los republicanos, y comenzó a ganarse la vida como visitador médico. Poco tiempo después, a principios de los años cincuenta, solicitó al gobernador civil Rodríguez Acosta la revisión de su expediente depurador como bibliotecario y archivero municipal. Su petición no fue atendida. Fue a partir de aquellos años cuando Mateos recuperó su pasión por la caricatura, las ilustraciones y la fotografía, destacando su colección sobre la provincia de Albacete. Falleció el 23 de enero de 1987, y la ciudad de Albacete le homenajea hoy dándole su nombre a la Plaza Alberto Mateos.

 

Bibliografía

MOLINA GÓMEZ, J. F., Mateos: un siglo de humor gráfico en Albacete. Albacete, Instituto de Estudios Albacetenses, 2014.

 

Palabras clave

Alberto Mateos Arcángel, caricaturista, archivero, represión franquista, topo, el Diario de Albacete, Rafael Mateos, Sotos, Plaza Alberto Mateos

 

Fotografías

Datos de localización

Plaza Alberto Mateos, Albacete, España

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